rueda que te rueda,
va por la vida
sin mar ni vela.
Anda cantando
con voz de loco
por mil caminos
que aún no conozco.
No se entristece
muy fácilmente
a
unque su llanto
desconsolado
pueda surgir, así
de repente.
¡Ay pobre corazón dolido!,
que has perdido el rumbo,
pero no el sentido.
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