DEDICADO A JESÚS C.
Alcé la mirada al cielo
y por un instante
te vi suspendido
en la estela volátil
de un pájaro de hierro.
Alcé la mirada al cielo
y anidó fugaz tu recuerdo
sobre una rama
del viejo árbol
del deseo.
Y así,
mis ojos confundidos se creyeron
por un momento
perdidos en el espacio
lejano y azul
de tu mirada.