Este duelo de lágrima
infinita
que jamás imaginé
prendido en mi
es como un viejo
planeta desolado
como un pozo
ilimitado de aguas mil.
Como un te quiero
sincero y acertado
aunque toque hoy pronunciarlo, ya sin ti.
Una muerte porque
muero ya al pasado
y a pesar de morirme
sigo aquí
enseñando lo que
tengo y lo que valgo
lo que soy, porque un
día yo nací.
Y aprendiendo de este
duelo que me mata,
del puñal que tu
empuñaste para mí
gracias al cual
crezco y me desangro
por momentos,
porque el crecer y
nacer es así.
Sé muy bien que todo
empieza y que se acaba
aunque nunca nada
parezca finalmente tener
fin,
como este duelo que
hoy me inunda toda el alma
y que agranda lo
pequeño que hay en mi.
Sé, que a pesar del
dolor inmenso que me
invade,
la alegría pronto renacerá y así
me mostrará de nuevo en su semblante
la lección que con tu traición
ya me aprendí.
me mostrará de nuevo en su semblante
la lección que con tu traición
ya me aprendí.